El pasado martes 18 de septiembre tuvo lugar en el auditorio Ángela Guzmán de la Universidad Nacional, el conversatorio Mujer Memoria y Moda, del que participaron Paula Villegas, directora de la Cinemateca Distrital, Alexandra Falla Zerrate, directora de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y Rocío Arias Hofman, politóloga y periodista experta en el tema.
El evento fue de entrada gratuita y contó con la asistencia masiva del público, que disfrutó del recorrido histórico sobre las tendencias y variaciones en la moda, a propósito del reflejo de este fenómeno en el audiovisual.
La importancia de un conversatorio como este fue el tratamiento de la historia de las prendas de vestir a partir de una concepción integral en la que su contexto económico, social, antropológico, estético y simbólico cobró un sentido dentro del lente de la representación cinematográfica. De tal forma, se hizo énfasis en lo que podría clasificarse como una historia política de la cultura material y así mismo, una búsqueda que pone de manifiesto las relaciones de poder entre sexos a partir del uso y función del vestuario.
De igual manera, conceptos como el de la “congenialidad”, fueron explicitados para comprender el horizonte del vestuario. Uno de los puntos más relevantes que se trataron dentro del conversatorio estuvo relacionado con la idea del reflejo dentro del ámbito de las imágenes en movimiento. Villegas y Falla coincidieron en que la moda dentro del campo de la cinematografía y el documental generaba una idea del “sí mismo” condicionada por un dispositivo y por la representación estética de este, lo que a la larga permitía una historización del sentir de la moda y de los imaginarios que acondicionan en esta periodización a la mujer como agente de cambio.
Así como la reflexión del “yo” proyectada a partir del medio audiovisual, otro de los temas de convergencia fue el archivo como condición de la memoria, pues en este cabe la aptitud del análisis histórico y antropológico sobre determinados hitos.
Cabe decir que las características que adquieren las producciones de contenidos audiovisuales, en relación a las instituciones y las prácticas sociales-políticas de la cultura y los medios de comunicación a partir de la moda y la imagen femenina, proveen un marco de análisis excepcional para un estudio moral de nuestras sociedades; ya que, la mujer ha sido objeto de vigilancia durante siglos y por tanto su vestuario compete también a un censor de la “decencia” y “las buenas costumbres”.
Lo anterior compete a tres características clave que subyacen dentro de la función de las prendas de vestir, las que a su vez confieren el pudor, la protección y el atuendo en sí mismo. Así, con estos tres elementos surge una cuarta dimensión que interactúa con las anteriores, se trata de la función simbólica de la moda, que arroja significados y evocaciones políticas en las que se consolidan consignas de liberación y expresión que van de la mano con las revoluciones femeninas y con una equidad que se teje desde la decisión subjetiva del uso del vestuario.