El 18 de octubre tuvimos una nueva proyección de nuestra agenda académica de Memoria Activa. Estuvimos en la Universidad Central disfrutando de dos episodios de la serie web “Vida Pública”, “Animalario” y la película restaurada por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y RTVC Sistema de Medios Públicos y Señal Memoria “El alma del maíz”.
Esta jornada de “cine bajo las estrellas” gozó de una masiva asistencia, y los diletantes del séptimo arte disfrutaron de las promesas de la animación colombiana, escenario que paulatinamente va creciendo en nuestro país. Cabe decir que la animación conforma una parte importante del sector de las industrias culturales, y uno de los renglones del desarrollo cinematográfico que suponen una exploración cada vez más poderosa en el ámbito audiovisual.
La animación expresa y comunica ideas por medio de la creatividad, por tanto es posible hablar de un subgénero más que de una técnica, porque esta modalidad −la animación− puede abarcar muchas formas de expresión audiovisual, además de ser un formato que por su misma ductilidad se adapta a cualquier relato, afirmó Liliana Rincón productora ejecutiva del estudio de animación 3da2.
A su vez, la proyección en este espacio del telefilme restaurado ´por la Fundación Patrimonio Fílmico y RTVC-Señal Memoria supuso un acercamiento de la audiencia a la apuesta del cine histórico, un género que constituye una aproximación formal y temática a un lenguaje que conjuga el valor entre la historia y el cine en un código estético de la representación.
El Alma del Maíz es el segundo telefilme de 1995 que hace parte de la trilogía “De amores y delitos”. Esta cinta está inspirada en los Archivos Históricos de Indias, a propósito de un proyecto de investigación del escritor Gabriel García Márquez, que tuvo como eje los aspectos relativos al comportamiento jurídico, las costumbres e idiosincrasia de la sociedad colonial del siglo XVIII, la cual se encontraba en el inicio de los procesos de independencia.
El trabajo de preservación y restauración de esta cinta implicó el paso del formato análogo al digital, para que este material, originalmente filmado en súper 16mm, pudiera ser visto y disfrutado por las nuevas generaciones, que muchas veces desconocen partes fundamentales de la historia nacional. Por tanto, la restauración de esta cinta implica una forma de resignificar estos productos audiovisuales, como elemento fundamental de la socialización de la memoria audiovisual colombiana.
Cabe decir que un espacio como Memoria Activa resulta crucial para poner de manifiesto la importancia del cine nacional y de las diferentes propuestas con las que cuenta este medio para hacer presencia en medio de una tradición que debe ser recuperada y puesta en diálogo con los productos audiovisuales de la actualidad.