Del martes 12 al sábado 16 de junio se celebró en Quindío, el cuarto Festival Internacional Cine en las Montañas, el cual tiene por fin la formación de públicos y la exhibición simultánea en distintas salas y escenarios de los municipios de Filandia y Salento, acompañadas de diversas charlas sobre el espectro del cine nacional e internacional. El evento contó con dos sesiones, una que se llevó a cabo por la mañana y otra en horas de la tarde. La Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano participó en el taller de formación, preservación y conservación de los archivos fílmicos y en el panel de discusión de “el cine como memoria colectiva de un país” que tuvo lugar el sábado 16.
Los ejes temáticos de este conversatorio fueron: la conservación de archivos fílmicos, la preservación de archivos audiovisuales y el cine colombiano como reflejo de la realidad de un país siempre en llamas. En este contexto se habló sobre el trabajo de la Fundación, así como de sus líneas de gestión en el marco de la preservación de la memoria.
Volviendo a la celebración del festival, cabe mencionar que como evento central se homenajeó al director y guionista Víctor Gaviria con el galardón de la Palma de Cera por toda una vida dedicada al cine. Del mismo modo se proyectó el emblemático filme Rodrigo d no futuro (1990).
Asimismo en el conversatorio sobre la conservación de archivos fílmicos Diego Hernán Prieto, del Centro Audiovisual de la Universidad del Quindío, Luis Fernando Londoño Aristizábal del Museo Gráfico de Quindío y Alexandra Falla Zerrate, directora de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, discutieron sobre la importancia de la memoria audiovisual a la vez que expresaron su preocupación por la protección del archivo fílmico, ya que este sirve como registro de la historia, pero más allá de eso construye un espacio para la memoria común y un vehículo para la expresión y representación de la diversidad en una sociedad contemporánea.
Además de todo lo dicho, se revindicó el sentido de la memoria colectiva a través de los documentos audiovisuales, ya que estos expresan – en términos de una sociedad que cada vez más se perfila dentro de la era de la información– una patente que consta de soportes primarios de la historia y a su vez una fuente básica de documentación. Por tanto, se destacó la permanencia de elementos simbólicos que hacen parte de una unidad que vincula a un país con sus hitos y leyendas. Del mismo modo, el carácter patrimonial de los archivos fílmicos se justifica en la noción de legado o herencia de un bien superior que posteriormente puede ser interpretado como testimonio de un colectivo humano y de una época determinada, por lo que desde aquí se desprenden construcciones sociales e históricas necesarias para conservar un pasado común en el que la tradición del mundo nos otorga sentido de pertenencia y de identidad.