“El cine no es un trozo de vida, sino un pedazo de pastel .”, dijo alguna vez el afamado director británico Alfred Hitchcock, padre del suspenso. Un pedazo de pastel del cual, y sin exagerar, todos hemos podido degustar. Y por supuesto Colombia no ha sido la excepción a dicho placer, pero, en realidad ¿Conocemos el origen de todo lo que respecta al cine en Colombia?
Pregunta que si se es muy amante del cine seguramente ha pasado por su mente, u otras como, ¿Cuándo nace la idea incursionar en el séptimo arte?, conoce ¿A qué personajes les debemos dicha audacia? o mejor aún, sabe ¿Cuál fue el primer espacio dispuesto en Colombia a proyectar largometrajes?
Antes de responder, hay que aclarar primero que el cine colombiano , aunque no tan conocido, ha tenido gran trayectoria desde tiempo considerable; le apuesta desde un comienzo al cine mudo o silente y cine francés, porque ese era el cine con el que el colombiano empezó adentrarse a la pantalla grande. Así que el proceso de creación e interiorización del cine no puede reducirse en un típico abrir y cerrar de ojos.
Ahora bien, las respuestas a estas preguntas son simples pero de mucho valor. A inicios del siglo XX, más específicamente el 8 de diciembre de 1912 a las 8:30 pm se proyecta la primera película en territorio colombiano con la película El último de los Frontigmac, conocida esa noche como La Novela de una joven pobre. La dupla de hermanos italianos quienes se embarcan en el “peregrino y pregonero del arte” son, Francesco y Vicente Di Doménico creadores del imponente Cinema Olympia. Al acontecimiento lo encabeza el titular “Sumamente concurrida estuvo la función con que se inauguró el Salón Olympia el último domingo”.
En uno de los registros que la Fundación resguarda llamado Tiempos del Olympia – (1992). Hay una memoria de un hombre llamado Germán Arciniegas el cual asegura haber caminado por los pasillos del Olympia y dice:
“Cuando se inauguró el Salón Olympia fue algo sensacional. Era inmenso, no conocíamos salas de ese tamaño y con la sábana bien templada”, pag 9.
El Olympia fue un espacio simbólico en la historia del cine colombiano y sin duda estaba en boca de los más privilegiados de la nación. Recién Inaugurado el Salón Olympia “La Libertad ”, un periódico bogotano de renombre publica: “Hay viajeros portadores del alma luminosa del arte, Vicente Di Doménico es uno de ellos”.
“Para nosotros, cine, quería decir Di Doménico, esa era la traducción en el idioma bogotano” Germán Arciniegas pag 9.
Es de tanta fascinación este escenario que llegaba a albergar a casi 5.000 personas por función. Ubicado entre la carrera séptima y trece, costado sur de la calle 25 es la sensación del momento y con tanta afluencia de personas al lugar, el andén que queda justo al frente del Olympia lo terminan nombrando, el andén de los emboladores. Acudir a este recinto demandaba elegancia y distinción es así que el embolador fue un personaje de gran importancia.
Uno de esos personajes distinguidos y socio principal del Salón Olympia fue el que fue gerente del Ferrocarril del Pacífico, Nemesio Camacho. Empresario y hombre público, “de capacidad y clarividencia superiores” según Francesco, quién dio apoyo decisivo en momentos cruciales.
Aunque el Olympia atravesó cambios significativos, incursionó no solo en la producción de proyectos cinematográficos sino también en eventos musicales, deportivos e incluso reinados de belleza. Es así que este teatro que adopta el nombre de una sala de teatro de París es nuestra primera inversión estructural colombiana en el arte del patrimonio en la filmografía.