El Alma del Maíz es el segundo telefilme de 1995 que hace parte de la trilogía “De amores y delitos” restaurado por la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y Señal Memoria. Esta cinta está inspirada en los Archivos Históricos de Indias, a propósito de un proyecto de investigación del escritor Gabriel García Márquez, este tuvo como eje los aspectos relativos al comportamiento jurídico, las costumbres e idiosincrasia de la sociedad colonial del siglo XVIII, la cual se encontraba en el inicio de los procesos de independencia.
Cabe decir que dentro de estos procesos el consumo de bebidas embriagantes significó un aliento, un motivo de festejo y una excusa para las distintas insurrecciones que se vivieron contra la Corona Española. Según Roger Pita Pico se tiene que:
“La historiografía dedicada al estudio de las bebidas alcohólicas ha demostrado que fueron múltiples los significados de la embriaguez, pero en términos generales el discurso moral sobre este fenómeno fue negativo, pues se pensaba que era un fuerte generador de desórdenes” (229).
Por su lado, el historiador Jorge Bejarano nos recuerda que es clave precisar que hacia el año de 1739 el aguardiente fue oficializado, circunstancia por la que el Estado colonial se esmeró en proteger este sector, ya que sus beneficios eran reconocidos por los aportes de las arcas reales. No obstante, lo ambiguo de la chicha – y otro tipo de bebidas– es que así como fue repudiada también fue defendida, incluso se llegó a ponderar su consumo. Desde luego, hay que rescatar que no solamente se empleó como sustancia embriagante, sino también como complemento alimenticio de los pobladores del virreinato. Incluso se llegó a estimarla como una opción aceptable para calmar la sed en vista del mal estado del agua. De este modo, era patente cuán problemática y frágil resultaba la línea divisoria entre la chicha fresca y aquella que se dejaba madurar con el propósito de generar un efecto narcótico.
De este modo, Las bebidas embriagantes eran, de alguna forma, un desafío para la autoridad y el poder constituido por propiciar espacios de sociabilidad que estuvieron vinculados a sospechas de sedición. Bejarano insiste en que
Desde finales del siglo XVIII, principalmente con ocasión al descontento popular manifestado en la Revuelta de los Comuneros aumentó el temor y se prendieron las alarmas sobre las implicaciones que sobrevendrían si se perdía el control social. La mirada vigilante de las autoridades se concentró en torno a las chicherías como lugares en los que podrían maquinarse acciones desestabilizadoras del orden político (249).
Así mismo, la variada gama de repercusiones y efectos de las bebidas embriagantes pone de relieve la dualidad y también la adaptabilidad de este tipo de sustancias dentro del contexto de la Independencia. De esta manera, dentro de un ambiente de prolongada tensión política y una crisis socioeconómica, los sentimientos despertados por la chicha fueron diversos y altisonantes, pues a la vez que se sentía solidaridad, fraternidad y tolerancia la desconfianza por la euforia y la osadía despertaban otro abanico de pasiones humanas.
En cuanto a la restauración de la cinta, es posible afirmar que el trabajo de preservación y restauración implicó el paso del formato análogo al digital, para que este material, originalmente filmado en súper 16mm, pudiera ser visto y disfrutado por las nuevas generaciones, que muchas veces desconocen partes fundamentales de la historia nacional. Por tanto, este trabajo es una forma de resignificar estos productos audiovisuales, como elemento fundamental de la socialización de la memoria audiovisual colombiana.
Adicionalmente, cabe mencionar que la película se rodó en Colombia, pero se llevó a revelar a Estados Unidos, a un laboratorio de NYU. Este tipo de prácticas eran recurrentes, y de una u otra forma era la suerte que corrían la mayor parte de las producciones nacionales. En este tránsito muchas películas colombianas, como El alma del maíz se quedaron en laboratorios norteamericanos. En el año 2012 la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano hizo la repatriación desde Estados Unidos de 72 rollos de cine en los que se encontraba el telefilme en cuestión. Es interesante destacar que los rollos habían sido abandonados en un laboratorio de posproducción en la ciudad de Nueva York. Desde este punto se procedió a hacer el alistamiento del material fílmico y su posterior verificación, la cual fue manual, pues era necesario la limpieza de las cintas y la remoción de hongos. Igualmente, el trabajo técnico involucrado tiene que ver con la captura del material, pues este no se realiza en Colombia, ya que no hay scáneres que hagan la captura ni en 2k, ni en 4k.
De este modo, se importó el material capturado en digital para proceder a un trabajo de posproducción que se concentró en el sonido, el color, la fotografía, en fin, una serie de elementos que están orientados a que la película no pierda su sentido estético original. Es fundamental recalcar que con la restauración de El alma del maíz se rescata y, como sugiera Alexandra Falla, directora de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano:
Se hace énfasis en la transformación de la memoria audiovisual a través de diferentes registros; por lo que del mismo modo, se hace un repaso de la memoria en la oralidad, para luego contar con un registro escrito de la misma, lo cual se convierte en un producto audiovisual que relata dicho hecho histórico.
Dentro de este contexto se narra la historia del levantamiento de Guateque, Boyacá, encabezado por las mujeres chicheras y seguida por todos los consumidores de la bebida quienes se oponían a la iniciativa de unos cuantos criollos de establecer un alambique con el fin de fabricar aguardiente, bebida que a diferencia de la chicha hacía parte del sistema de tributación de la Corona Española. De esta manera, la película indaga por los procesos coloniales de nuestra historia, en los que se analiza el lugar de la población mestiza, la cual se identificaba en gran parte con el escenario que las chicherías desempeñaban en función de su representación social. Adicionalmente, la problemática que desarrolla una cinta como El alma del maíz tiene que ver con los grandes resquemores que las tradiciones indígenas despertaban dentro de un universo inminentemente cristiano.
La realización de esta película estuvo a cargo de la programadora Audiovisuales y cuenta con la dirección de Patricia Restrepo. El guion fue escrito por Humberto Dorado quien adicionalmente interpreta a Manuel Guarín, defensor de indios. Dentro del reparto se encuentran actores de la talla de Diego Vásquez, Álvaro Bayona, Alina Lozano y Fernando Solórzano.
Ficha Técnica
Título | El alma del maíz
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Año | 1995
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Género | ficción
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Dirección | Patricia Restrepo |
Guion | Humberto Dorado |
Reparto | Alina Lozano, Álvaro Bayona, Fernando Solórzano, Diego Vásquez, Humberto Dorado, Hernán Méndez Alonso, Luis Fernando Arango, Constanza Gutiérrez. |
Referencias:
Archivo General de la Nación en Bejarano, J. (1950). La derrota de un vicio: origen e historia de la chicha. Editorial Iqueima, p. 249. Bogotá.
Bejarano, J. (1950). La derrota de un vicio: origen e historia de la chicha. Editorial Iqueima. Bogotá.
Pico, Pita, R. (2013). El consumo de bebidas embriagantes durante el proceso de Independencia de Colombia: aliento, festejo y conspiración. Revista Historia y Memoria 7, pp: 227-265.