EDITORIAL MAYO

En cada ciclo de Memoria Activa nos encontramos con la oportunidad de abrir la puerta a algunas de esas historias, que a lo largo de los años del cine colombiano han iluminado las pantallas de salas y otros espacios cinematográficos del país. Cada sesión nos permite una mirada amplia a títulos, autores, hechos y, en fin, a todos los protagonistas que desde sus propios espacios aportaron a la construcción de nuestro patrimonio audiovisual.

Durante las últimas semanas estos recorridos nos han llevado a diferentes regiones del país a través de sus archivos. Lugares en los que encontramos materiales que han sido  rescatados, restaurados y conservados y que hacen parte de un acervo invaluable que hoy, tenemos la fortuna de poder abordar y conocer.

El camino emprendido en el marco del ciclo Memoria Activa – Patrimonio Audiovisual Regional, nos ha llevado a los departamentos de Santander y Antioquia y las ciudades de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, en una serie de encuentros en los que hemos conversado con expertos de cada una de estas regiones del país, para conocer aspectos que ligan estos archivos audiovisuales a la historia de las regiones.

A partir de estas conversaciones nos hemos adentrado en las historias que hacen grande nuestro patrimonio audiovisual y sus protagonistas, muchos de los cuales enfrentaron los grandes desafíos que insinuaban imposible hacer cine colombiano, una verdadera utopía.

El recorrido de este ciclo inició el 10 de marzo con el departamento del Santander con Joyas de la tradición colombiana: Bucaramanga, la Ciudad de los Parques, un corto del año 1952 dirigido por Marco Tulio Lizarazo; y La Fábrica Hipinto (1932) documental dirigido por José María Carbonell. Santander continuó como protagonista en el segundo encuentro el 17 de marzo con la celebración de los 95 años del estreno de Alma Provinciana (1926), película dirigida por Félix Joaquín Rodríguez y considerada como una de las obras más importantes del cine silente colombiano.

Cerramos nuestro paso por Santander el 24 de marzo con la proyección del Noticiero Suaitano (1955), una producción del director Andrés Platarrueda en cuyas imágenes  podemos conocer algunos de los hechos tradicionales que marcaban la vida de los habitantes de su natal Suaita (Santander), con el registro de la visita del entonces gobernador a este municipio, la celebración de eventos religiosos o tradicionales o, simplemente, las actividades agrícolas realizadas por los ciudadanos de esta región.

Nuestra siguiente escala fue en Cartagena (Bolívar), a la que llegamos el 14 de abril y en la que tuvimos el placer de disfrutar de las obras Cartagena (1928), Los presidentes Olaya Herrera y Franklin D. Roosevelt en Cartagena de Indias (1934), cortometrajes documentales dirigidos por Acevedo e Hijos; y Cartagena de Indias (1947) realizado por la productora CENFIL de México, dirigida por Julio González Garza.

Barranquilla, por su parte, nos brindó parte de lo más valioso de su legado audiovisual el 21 de abril con Carnaval de Barranquilla (1951), un documental de 41 minutos de duración realizado Acevedo e Hijos, y que presenta en su primera parte tomas aéreas de la ciudad y sus principales avenidas y plazas, así como las industrias Cementos del Caribe, Coltabaco, Fábrica de Licores, Laboratorios O.K Gómez Plata, Hotel Victoria, Laboratorios Uribe Ángel, Molinos Mancini y el Hotel El Prado, nombres y marcas que contribuyeron con la filmación y con el desarrollo económico de la ciudad.

Santa Marta, fue la región sobre la que hablamos el 28 de abril, fecha en la que conversamos sobre el largometraje Contrabando de Pasiones (1962) del director José de Caparrós; una historia de amor que transcurre con el contrabando como telón de fondo en la Perla de América.

La última parada de nuestro ciclo, al menos hasta la fecha, fue el departamento de Antioquia con La exposición nacional y las Olimpiadas nacionales (Completas) celebradas en Medellín en 1932, realizada por Álvaro Acevedo Bernal y Gonzalo Acevedo Bernal con Cine Colombia como parte del recordado Noticiero Cineco. En esta sesión, además, proyectamos un fragmento de la película Colombia Linda (Camilo Correa, 1955), único material rescatado y restaurado de esta invaluable obra de nuestro cine nacional.

Las diferentes piezas audiovisuales que hicieron parte de nuestros encuentros reposan en los archivos de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, desde donde hemos trabajado por el rescate, la restauración, la conservación y la difusión de éstos y otros materiales que conforman la importante y valiosa historia audiovisual de nuestro país.

Alexandra Falla Zerrate, directora Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano