Del 17 al 2 de mayo, Bogotá festejó la cultura con la trigésima primera edición de la Feria del Libro. En esta muestra de arte y literatura, Argentina fue el país invitado. La FILBO contó con docenas de conversatorios y charlas en las que  las humanidades en el mundo de hoy tuvieron relieve. Por tanto, temas como la poesía, la resistencia y la interculturalidad se tomaron el protagonismo de esta versión.

También, en este escenario, propicio para la pregunta por el cine, estuvo la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano en el pabellón de las máquinas que narran, en alianza con Colsubsidio. La exposición de juguetes ópticos que hizo parte de la “Ruta de viaje” permitió a los visitantes vivir la experiencia de los inicios del cine y trabajar con los diferentes sentidos como la vista, el oído y el tacto. El propósito  de esta exhibición fue la creación de una historia inspirada en dispositivos como la linterna mágica, la cual empleó el mismo principio que la cámara oscura, salvo que proyectaba las imágenes mediante una fuente de luz, es decir, una vela o una lámpara de combustible; el Viviscopio, el cual  enseña por medio de la parte externa de un tambor las diversas fases de una figura en movimiento. Igualmente el Taumátropo, cuyo principio se basaba en el fenómeno de la persistencia de la retina y consiste en dibujar dos objetos diferentes de cada lado de un disco. Al girarse rápidamente el disco sobre un diámetro como eje, la mezcla de las impresiones que dejan los dibujos reproduce una tercera imagen. Los anteriores objetos, sin duda, fueron aparatos que contribuyeron al fortalecimiento de las técnicas cinematográficas y con los que nuestros visitantes se familiarizaron.

Entre los objetivos de la ruta estaba el propiciar una experiencia vivencial que no solo mostrara los orígenes del cine, sino que ilustrara a los visitantes en su propósito de crear narrativas contemporáneas.

De igual modo, la Fundación hizo presencia en la feria con la exposición de las “máquinas que narraron a través de la historia”, entre las piezas que se exhibieron los proyectores de 8mm, los monitores, cámaras fijas y televisores de época hicieron las veces de grandes atracciones para los más de 2000 visitantes diarios que recibió  este pabellón.