Cuartico Azul (1978) Hace parte de una modalidad de películas que trataban temas referentes a una modernidad subterránea en la que se pretendía un distanciamiento con respecto a la frecuente exaltación de la miseria y otros lugares comunes que por la época embotaban los relatos del cine nacional.
De esta manera, el ejercicio de estilo que registra este corto ofrece al espectador un relato de ternura, amor, amargura y desasosiego. Todo esto, sin pretensiones, sin exhibicionismo y, sobre todo, sin traumas. Adicionalmente, cabe mencionar que fue la primera incursión en el cine de Sebastián Ospina, quien además de actuar, escribió el guion junto con Luis Crump.
Filmada en 16 mm blanco y negro, Cuartico Azul se ha convertido con el paso del tiempo en una pieza icónica del cine colombiano. Con producción de Patricia Restrepo y Vicky Ospina, esta cinta fue galardonada como Mejor Corto Latinoamericano en el Festival Internacional de Cine de Cartagena, siendo Presidente del Jurado el afamado director venezolano Román Chalbaud. De este modo, la película dirigida en 1978 por Luis Crump está basada en un argumento de Ospina y narra la noche de bodas de un ex-recluta y su novia de provincia en un hotelucho de cierta elegancia recóndita.
Al inicio del filme se nos anuncia que han sido atracados y despojados de los ahorros con los que pensaban establecerse en la capital. Por tanto, desde este punto se relata la historia de una noche cargada de frustración, sueños y ternura de una joven pareja de emigrantes quienes, lejos de poder disfrutar de su luna de miel, despiertan ante la dura realidad de la urbe bogotana.
Se ha reiterado muchas veces que uno de los méritos de esta producción es la naturalidad poética que combate el resabio de una ficción populista y plagada de lugares comunes, pues lejos de un lenguaje forzado y costumbrista, la forma popular y precisa con la que se expresan los personajes connota un fuerte sentido de expresión en el que el espectador asocia aquella realidad marital, llena de tesoros cotidianos, con Colombia, con la necesaria metáfora de la melancolía como descripción de un estado que oscila entre la ilusión y el desencanto.
De igual manera, cabe mencionar las ocasionales referencias cinematográficas (por ejemplo a Buñuel, cuando Antonio se pone el velo de novia). Este tipo de escenas que demarcan una clara intertextualidad entre obras están perfectamente integradas al flujo narrativo, lo que concede una simbología única, cuyo poder evocativo crea un ambiente en el que los personajes fluyen sin necesidad de alusiones eruditas o parlamentos sermoneros. Igualmente, tampoco se cae en el recurso melodrámatico de la victimización o del moralismo, pues la ironía dosificada ejerce un poder de rescate sobre una trama sólida y encantadora, que cuenta con brillantes momentos de humor.
Por todas estas razones, Cuartico azul se destaca como una producción excepcional, que demuestra que para hacer cine no es necesario un presupuesto exorbitante, ni coproducciones, o mucho menos grandes estrellas. Al contrario se enfatiza que el deseo de narrar una historia basta para hacer valer el talento y la impronta genuina de un gran amor por el cine, y esta resulta ser la virtud necesaria para crear un hito.
Ficha técnica
Año: 1978
Categoría: Ficción
Dirigida por: Luis Crump Carvajal
Producción: Vicky Ospina, Patricia Restrepo
Fotografía: Adelqui Camuso
Argumento: Luis Crump Carvajal y Sebastián Ospina
Edición: Luis Crump Carvajal
Sonido: Elmer Carrera
Edición de sonido: Rodrigo Lalinde, Jorge Ramírez
Actores: Patricia Bonilla y Sebastián Ospina