VÍCTOR GAVIRIA: UN RELATOR DE LA REALIDAD
“Hablar de la filmografía colombiana, nos lleva sin duda a hablar de Víctor Gaviria y su extensa producción cinematográfica, marcada por un sello único e indeleble que ha tocado profundos y dolorosos temas de la realidad colombiana”
Así empezó su discurso Alexandra Falla, directora de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, en el marco del homenaje realizado en México en julio de 2022. Un año después, a estas palabras de celebración del cine de Gaviria se une ‘Realidad, desasosiego y belleza’, un homenaje múltiple a su obra literaria y cinematográfica que se lleva a cabo entre el 4 y 12 de julio del 2023 en varios de los espacios más emblemáticos de la cultura, el arte y la educación en Bogotá, Colombia.
¿Obra literaria? Así es, aunque en nuestra industria tendemos a reconocerlo principalmente por su carrera cinematográfica (la cual empezó en 1979 con el formato amateur de super 8mm), este evento destaca todas las formas que ha tomado el relato de Gaviria.
Antes de su gran éxito con ‘Rodrigo D, no futuro’ (1990), Gaviria no solo relató con cortometrajes y mediometrajes grabados en 16mm [‘Habitantes de la noche’ (1983), ‘La vieja guardia’ (1984) y ‘Los músicos’ (1986)], pero también con poesía, crónica y relatos. Muchos de estos se encuentran en ‘El campo a fin de cuentas no es tan verde’ (1983), un conjunto de crónicas y relatos breves acerca de lo cotidiano y la memoria. Además de este texto, tan solo un año después de ‘Rodrigo D, no futuro’, Gaviria publicó una crónica testimonial llamada ‘El pelaíto que no duró nada’, que al igual que otras de sus producciones (‘La vendedora de rosas’ y ‘Sumas y Restas’) narra historias olvidadas de la juventud en medio del narcotráfico y la pobreza.
A pesar de la dureza de los temas que tratan sus relatos (a los que se añade la violencia machista con “La mujer del animal” en 2016), Gaviria sabe reconocer los matices en el sufrimiento, un talento que ha cultivado pacientemente y que nos revela el goce dentro de la tragedia.
“Gaviria se enuncia desde las categorías de la disidencia, hace una exploración del mal, de la sicariesca, de la segregación y del abandono y aun así nos recuerda que sus personajes no son la miseria, porque de ellos también se dibuja la sonrisa tierna; de aquellos de los que a la vez que brota el gozo, brota también la incólume tristeza de los días, días que crecen en el pesar como un monstruo incorpóreo” (Falla, 2022).
De esta manera, todos estos relatos son unidos por una mirada contundente pero sensible hacia la cruda realidad de toda una generación de jóvenes en Colombia (pero que bien podría ubicarse en otros escenarios latinoamericanos). Una mirada que además ha tenido un impacto en las siguientes generaciones de cineastas y en el estilo utilizado para retratar las realidades del país, caracterizado por “una constante búsqueda por un hecho creativo unitario en el que lo representado y su realidad no sean acoplados bajo la lógica de un cine uniforme y común.” (Falla, 2022). En esta búsqueda, Gaviria encuentra la naturalidad particular de los habitantes de los entornos que narra y que lo acompañan durante su producción.
Por todo lo anterior, no solo por lo que su filmografía representa para el pasado, presente y futuro del cine nacional, pero también por lo que Gaviria ha hecho en otros sectores de nuestra cultura, para la Fundación Patrimonio Fílmico es vital participar y apoyar activamente este homenaje.
Durante este evento, la Fundación será representada por Alexandra Falla, directora, y Rito Alberto Torres, subdirector técnico, en la conferencia “Preservación y restauración de las películas de Víctor Gaviria”, acerca de la importante y prioritaria tarea que ha sido restaurar buena parte de su obra cinematográfica.
Para más información sobre este homenaje, no dudes en leer nuestra editorial sobre sus detalles: Realidad, desasosiego y belleza en Bogotá.