20 AÑOS SIN JAIME GARZÓN, EL HUMOR QUE NOS PUSO A REFLEXIONAR

“Yo soy aburridísimo: creo en la vida, creo en los demás, creo que este cuento hay que lucharlo por la gente, creo en un país en paz, creo en la democracia, creo que lo que pasa es que estamos en malas manos, creo que esto tiene salvación”

En la madrugada del 13 de agosto de 1999, en el barrio Quinta Paredes de Bogotá, una mano cobarde segó la vida del máximo exponente del humor crítico colombiano, pero sobre todo, un hombre que veía en el conocimiento y la educación el arma más poderosa para acabar con la violencia, la injusticia, el hambre y la necesidad.

Jaime Hernando Garzón Forero nació el 24 de octubre de 1960 en Bogotá, se destacó por ser un gran líder político, abogado, periodista y por imitar grandes personajes como Dioselina, Godofredo Cínico caspa, Néstor Elí,  y uno de los más recordados, Heriberto de la calle, un humilde lustrabotas quien se ganaba la vida limpiando los zapatos de los más famosos de Colombia. Estos personajes aún siguen vigentes no solo por hacer reír a miles de colombianos, sino también por dejar en descubierto la realidad corrupta en la que ha estado sumergido el país.

El asesinato del polifacético personaje público  fue un agravante más a la situación desgarradora que estaba viviendo Colombia en aquel entonces, el público de Zoociedad, Quac, Lechuza, CM& y Radionet, acostumbrados a reír y analizar la corrupción colombiana a través de sus jocosas imitaciones quedó impotente ante tan irreparable pérdida, habían asesinado al hombre que con su humor nos ponía a pensar.

Se había muerto una esperanza. Jaime se convirtió en la voz del pueblo, esa que sin medir consecuencias sacaba a luz pública las irregularidades de un gobierno nefasto, en la ilusión de miles de familia que vivían el desasosiego del secuestro, el pánico del desplazamiento forzado y la guerra en la que siempre ha estado inmersa el país.

Llegó la hora de decir adiós, el ambiente en la capital colombiana era lamentable,  todo el pueblo se unió en una sola voz, para reprochar este vil asesinato que dejaba a un nación sin el amigo, el crítico, el hombre sencillo, el de la oposición y  la más grande expresión del humor.

Entre los ideales que Garzón exponía, era involucrar a la juventud a crear una sociedad justa y equitativa donde su prioridad era solucionar las problemáticas sociales, de ahí una de sus frases más  famosas y certeras “si ustedes los jóvenes, no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir hacerlo”.  Hoy tras 20 años de su muerte es tal vez lo que se espera que suceda.