Este 2025 se cumplen 50 años del nacimiento del Betamax, un formato de video analógico que transformó la forma en que el mundo veía y conservaba imágenes en movimiento. En Colombia, su impacto fue silencioso pero fundamental, especialmente en las grabaciones caseras de los programas emitidos por televisión (quedaron registrados partidos de fútbol, capítulos de telenovelas, videos musicales, entre otros).

Adicionalmente, el Betamax abrió la posibilidad de registrar en video cualquier acontecimiento de orden familiar, educativo, deportivo, social y más. Fue la verdadera revolución del home movie, pues, aunque ya se hacían registros caseros en formato cinematográfico de Súper 8 mm, este era mucho más limitado por los costos y la tecnología que requería.

En otras palabras, el Betamax significó la democratización del acceso a la grabación de imágenes. En este marco conmemorativo, la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano (FPFC) rinde homenaje a este soporte icónico, destacando su papel en la conservación de la memoria audiovisual nacional.

Inventado por la marca japonesa Sony en 1975, el Betamax fue una de las primeras tecnologías electrónicas que permitió a los hogares grabar y reproducir programas de televisión. Aunque eventualmente fue superado comercialmente por el VHS, el Betamax ofreció siempre una calidad superior de imagen y sonido. Fue, además, pieza clave en el desarrollo de la industria de alquiler de películas.

La Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano ha jugado un papel crucial en la preservación de este legado. Desde hace décadas, ha rescatado y digitalizado miles de horas de grabaciones en casetes de Betamax, conscientes de que en esas cintas no solo hay contenido audiovisual, sino también historia, memoria y cultura. Gracias a esta labor, hoy podemos acceder a fragmentos de la vida colombiana de finales del siglo XX: fiestas familiares, celebraciones sociales, crónicas urbanas, fiestas populares y escenas cotidianas capturadas por cámaras analógicas. Microrelatos que también narran la historia de un país.

Este aniversario es también una oportunidad para reflexionar sobre el valor de los soportes físicos en la conservación de la memoria. En una era dominada por lo digital y lo efímero, el Betamax nos recuerda que cada formato tecnológico es también un archivo del tiempo. Muchos de los documentos audiovisuales que hoy se digitalizan desde estas cintas no existen en otro lugar y, sin los esfuerzos de conservación, se perderían irremediablemente.

La Fundación ha preparado una serie de actividades para conmemorar este medio siglo de historia: exposiciones, conversatorios y proyecciones de material restaurado, que permitirán redescubrir un pasado que parecía olvidado. Este homenaje no es solo al soporte, sino también a quienes trabajaron detrás de cámaras para registrar y preservar el acontecer del país.

A 50 años del nacimiento del Betamax, celebramos no solo un hito tecnológico, sino una herramienta que nos permitió construir y resguardar nuestra memoria colectiva.