Hace exactamente un siglo, cuando Medellín apenas despuntaba como centro urbano y cultural del país, un grupo de visionarios decidió mirar más allá de la fotografía y el teatro, apostando por un lenguaje nuevo, poderoso y aún incierto: el cine. El resultado del arrojo empresarial de Gonzalo Mejía, fue Bajo el cielo antioqueño (1925), considerada la primera película argumental realizada en Medellín y una de las más significativas del cine silente colombiano. Hoy, 100 años después de su estreno, esta obra pionera regresa a la gran pantalla con todo el brillo que merece, gracias a una iniciativa que une patrimonio, arte y memoria: un cine concierto con funciones especiales en Medellín, Cali y Bogotá que se llevarán a cabo desde el 24 de agosto.
En Medellín, la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano trabaja en alianza con la Alcaldía de Medellín, el Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM), la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín, la Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), Cinemateca de Medellín, la Biblioteca Pública Piloto de Medellín y el Testro Pablo Tobón Uribe, presentarán una proyección de la versión restaurada de Bajo el cielo antioqueño acompañada por una banda sonora interpretada en vivo, como se hacía en los gloriosos años del cine mudo. Este evento no solo será una experiencia estética singular, sino también un acto de justicia cultural y un homenaje al legado cinematográfico del país.
Para la exhibición que se hará en Bogotá el 27 de octubre, en el marco de la celebración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, se suman a la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, la Alcadía de Bogotá y el Instituto Distrital de las Artes – Cinemateca de Bogotá.
En Cali, el 15 de octubre, la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano junto a la Universidad del Valle y el Museo de la Tertulia realizarán la exhibición de esta celebración.
La película que forjó una identidad
Dirigida por Arturo Acevedo Vallarino y producida por la Compañía Filmadora de Medellín, Bajo el cielo antioqueño fue más que una película: fue un manifiesto de lo antioqueño. Rodada en locaciones rurales y protagonizada por actores aficionados —muchos de ellos pertenecientes a las élites locales—, la cinta tejió una narrativa melodramática que exaltaba los valores tradicionales: el trabajo, la familia, el honor, la tierra.
La película mostró un campo idealizado, de montañas y cafetales, de hombres laboriosos y mujeres virtuosas, enmarcando una historia de amor y conflicto que bien pudo haber sido escrita en clave bolivariana. Su estilo, influenciado por el teatro y el romanticismo, sigue siendo un documento cultural invaluable, que revela la visión que Antioquia tenía de sí misma en una época de profundas transformaciones sociales y tecnológicas.
Rescatar el cine como patrimonio vivo
Eventos como este cine concierto cumplen un papel fundamental en la preservación del patrimonio fílmico. Como un fin último de la restauración técnica de una obra, lo que está en juego es la reactivación de una memoria colectiva. Porque el cine, como ningún otro medio, captura el espíritu de su tiempo: los rostros, los paisajes, los gestos, las aspiraciones. Ver hoy Bajo el cielo antioqueño es viajar a la Medellín de 1924, y reconocernos —en lo que hemos cambiado y en lo que seguimos siendo.
La Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano ha liderado durante décadas la restauración y divulgación del cine nacional. Esta celebración, en alianza con instituciones educativas y culturales, refleja una visión clara: el cine silente no es un objeto muerto, sino una experiencia que puede y debe ser vivida por nuevas generaciones. Y hacerlo a través de un cine concierto le añade una capa emocional poderosa, devolviendo al cine mudo su dimensión multisensorial original.
Un encuentro con nuestras raíces
Medellín, Cali y Bogotá, tres ciudades con trayectorias culturales vibrantes, acogerán esta conmemoración con entusiasmo. Será también una oportunidad para estudiantes, cinéfilos y ciudadanos de ver en pantalla grande una película que representa los cimientos del cine colombiano, y que, a pesar del paso del tiempo, sigue hablando de nosotros.
En tiempos donde la inmediatez digital amenaza con borrar la memoria, Bajo el cielo antioqueño nos invita a detenernos, a mirar atrás, y a celebrar la belleza de lo hecho con pasión, esfuerzo y convicción. Volver a verla no es un simple ejercicio nostálgico, sino un acto de afirmación cultural. Bajo ese mismo cielo —el de ayer y el de hoy—, el cine colombiano sigue contando su historia.