El trece del abril se hizo la exhibición de la película restaurada El embajador de la India (1986), dirigida por Mario Ribero Ferreira. El filme que cuenta las aventuras y entuertos de Jaime Flórez vio la luz dentro de un conversatorio que se celebró en su honor con la alianza de Uniandinos.
En el evento participaron Claudia Triana de Vargas, directora de Proimágenes, titular de los derechos de la película; Mario Ribero, director de la cinta, Hugo Gómez, protagonista y Alexandra Falla, directora de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.
Cabe mencionar que esta es la primera película realizada en Colombia por Ribero, cuya idea surgió en sus años de estudiante en el Instituto de cine de Moscú a propósito de un suceso que protagonizó el impostor Juvenal Torrentes, ex seminarista de Garzón que embaucó en el año de 1964 a las autoridades del Huila haciéndose pasar como embajador de la India. A partir del timo de Torrentes y de un libro de Eduardo Hakim, el cual se basa en la divertida historia que ocurrió en su ciudad, surgió la película que lleva de nombre el título que usó el embaucador para burlar a toda Neiva.
Por este motivo y en honor a los treinta y un años de estreno de esta cinta, este año se celebró su restauración, la cual implicó un renacimiento de la obra en las mismas condiciones que la originaron. Lo anterior además pone de manifiesto el carácter actual de esta aclamada pieza del cine colombiano. Amén de lo dicho, Alexandra Falla sostiene que el reto de la Fundación con la restauración de esta obra audiovisual, y en general con las obras restauradas, es lograr que la sociedad se observe en el espejo de la memoria para que de este modo las personas se sientan representadas en el cine, aproximándose así a su historia, identidad y cultura.
El embajador de la India hace parte de los clásicos del cine colombiano y es considerada como un ícono de la filmografía nacional por los valores socio-culturales que encarna. La descripción humorística de la idiosincrasia colombiana es inagotable, por lo que su inventiva e ingenio siempre están vigentes, incluso en nuestros días. De esta manera, las aventuras de Rahama Machaka se toman nuevamente el escenario del cine y de la memoria.