Las últimas semanas y meses se han convertido en un verdadero reto para todos los sectores del país. No solo desde la industria y la economía en general se han tenido que reinventar diferentes procesos, sino también desde el cultural en donde los retos empiezan a obligar a adaptarse a las nuevas plataformas que, aunque todos esperamos que sea de manera temporal, se han convertido en el medio único para difundir iniciativas y productos y para mantenerse en contacto con el público.

El cine no ha sido, ni mucho menos, la excepción.

Si bien durante los últimos años las plataformas de streaming se han convertido en medios primordiales para la difusión audiovisual con productos originales o que migran a estas páginas y aplicaciones, la cuarentena ha llevado a que también nuevas miradas se acerquen hacia allí.

No solo las muy populares como Netflix, entre otras, sino también las especializadas han tenido en esta situación una oportunidad para convertirse en medios de difusión para productos que, de otra manera, entrarían en una larga pausa para esperar a mejores momentos para su proyección, difusión y conocimiento.

El cine colombiano, un género del que ya hemos hablado y que seguimos explorando constantemente con el trabajo y la mirada de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, también tiene en plataformas virtuales un escenario de difusión que le permite seguir vigente y activo para el público que busca las narrativas nacionales.

Retina Latina, un portal especializado en el cine independiente del continente, ha logrado consolidarse como un sitio de visita obligada para explorar un cine en nuestro idioma y en el que la filmografía de Colombia también ha consolidado un gran espacio. Con acceso gratuito, el catálogo de la plataforma presenta clásicos de nuestro cine como Alma Provinciana (Félix Joaquín Rodríguez – 1926), Rodrigo D No Futuro (Víctor Gaviria – 1990) o más contemporáneas como Los Viajes del Viento (Ciro Guerra – 2009) o el documental Todo Comenzó por el Fin (Luis Ospina – 2016), entre otras.

Otra plataforma relevante para esta búsqueda es el portal Mowies, en donde la oferta nacional también permite acceder a diferentes títulos independientes de todo el mundo pero que para el caso colombiano ofrece películas como la ya mencionada Los Viajes del Viento o Jardín de las Amapolas (Juan Carlos Melo – 2012) pero también productos audiovisuales de creadores independientes que encuentran en esta plataforma un medio para difusión de sus productos de ficción, documental y en corto, medio y largometraje.

La plataforma Mowies permite comprar o alquilar los productos para su visualización vía streaming.

No son menos importantes otras plataformas de pago muy conocidas por su enfoque más comercial (Netflix, Fox, HBO, Amazon, Apple) que, sin embargo, suelen tener entre sus ofertas títulos nacionales como series o películas.

La iniciativa nacional también ha tratado de (para hacer referencia a un término muy presente en los últimos días) reinventarse. Cine Tonalá o Procinal, entre otras, han puesto en internet algunos de los productos de su catálogo colombiano. Pero quizás una de las más completas es RTVC Play, la plataforma de streaming de los medios públicos colombianos que desde hace ya algún tiempo emite de manera virtual verdaderos clásicos de nuestro cine y nuestra televisión.

Series como Yuruparí, Don Camilo, Los Puros Criollos, Dejémonos de Vainas, Romeo y Buseta, entre muchas otras, comparten espacio con largometrajes como El alma del maíz, Amores prohibidos o Bituima 1780.

La cuarentena, sin duda, ha planteado retos para la cinematografía nacional, pero ha sido también la oportunidad para volver la mirada hacia esos títulos que de una u otra forma han sido parte de nuestra historia audiovisual. Las plataformas virtuales son un nuevo escenario y son la oportunidad para abordar de otra manera nuestras producciones.

Así lo hace el espectador interesado en estos productos buscando recordar o conocer las historias con firma colombiana. Y así lo hacemos los promotores desde nuestras propias orillas tratando de llenar estos espacios.

“Memoria Activa”, por ejemplo, la iniciativa de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, que desde hace unos años proyecta el material restaurado de la filmografía nacional y que, ante la actual coyuntura, ha migrado a la virtualidad a través de la plataforma Zoom para proyectar cortometrajes, documentales y películas colombianas en conversatorios que, junto a expertos, brindan una oportunidad de acercarse a productos que hacen parte de nuestro patrimonio.

Así lo hemos hecho durante los últimos meses con dos ciclos de conversatorios como fueron el Ciclo Memoria Activa – Cine Experimental (marzo 31 – abril 15) y el Ciclo Memoria Activa – Cine Silente (mayo 6 – 23) en donde, en alianza con el canal universitario Zoom, la Coordinadora Latinoamericana de Archivos de Imágenes en Movimiento – CLAIM, el Festival Bogocine y el Centro Memoria, Paz y Reconciliación; la presencia de reconocidos académicos y expertos de cine y la asistencia de alrededor de 50 personas en cada sesión, hacemos un recorrido por clásicos del cine nacional que han sido restauradas por la Fundación y hoy hacen parte de la memoria cinematográfica que se conserva en nuestros archivos.

En el mes de junio nuestros encuentros Memoria Activa continuarán con un nuevo ciclo, esta vez dedicado al cine documental, en donde seguiremos comentando, proyectando y analizando algunas de las obras conservadas por la Fundación, invitando a través de nuestros canales en redes sociales a todo el público interesado en saber, conocer y recordar títulos que hacen parte de nuestro patrimonio audiovisual.

No son pocos los retos, pero tampoco son limitadas las oportunidades que nos ofrecen estos días de aislamiento. El cine, el arte audiovisual colombiano, no se mantiene estático ante la situación actual. Al contrario: gracias a la combinación de la constante evolución tecnológica de las comunicaciones y a los esfuerzos realizados desde diferentes entes y sectores, se mantiene vigente y migra hacia nuevos escenarios, nuevas pantallas y nuevas maneras de explorarlo. Los invitamos a mantenerse conectados y a revivir, en estos días de pausa relativa, grandes momentos de nuestra historia audiovisual.

*Alexandra Falla Zerrate, directora Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano.