GERMÁN CASTRO CAYCEDO (3 DE MARZO DE 1940 – 15 DE JULIO DE 2021)

Enviado Especial es tal vez uno de los programas periodísticos más recordados de la televisión colombiana. Durante casi dos décadas las pantallas de los colombianos eran el medio para conocer historias narradas desde diferentes lugares de la geografía colombiana, en clave periodística, y con el rigor y excelencia de su presentador, quizás el periodista más prolífico y riguroso de la historia nacional: Germán Castro Caycedo, quien falleció el pasado 15 de julio.

Nacido en Zipaquirá (Cundinamarca) el 3 de marzo de 1940, Castro fue un periodista y cronista cuyo trabajo siempre giró en torno a la realidad de Colombia. Su vasta obra en los medios le permitió convertirse en un referente para sus contemporáneos y para las nuevas generaciones de periodistas que crecieron no solo viendo sus informes y crónicas en la televisión o medios impresos, sino también a través de sus libros, reportajes de largo aliento que se convirtieron en testimonios inigualables de diferentes temáticas de la realidad nacional.

Libros como Colombia Amarga (1976), El Karina (1985), La Bruja (1994, adaptada a la televisión en 2011 con la serie homónima) o Sin tregua (2003), son solo algunos de los documentos que cuentan del talento de Castro Caycedo y de su estilo único y riguroso para narrar con rigor algunos de los acontecimientos que marcaron la actualidad nacional durante casi medio siglo.

Sin duda, a pesar de su larga obra literaria, Germán Castro Caycedo es recordado principalmente por su programa Enviado Especial, un espacio de la programadora RTI Televisión que durante cerca de 20 años y con más de un millar de episodios estableció un acervo de reportajes de periodismo denuncia que le representó, además de la recordación del público general, la obtención de 18 premios de periodismo nacionales e internacionales.

La desaparición de Castro Caycedo deja, sin duda, un vacío en el periodismo colombiano, pero también un legado que, como en vida, será de referencia y consulta para las generaciones que crecieron con él y que encontraron en sus historias una mirada necesaria a la realidad del país narrada siempre con el rigor necesario pero, sin duda, con el apasionamiento necesario para dejar huella y marcar una época para la televisión, la reportería y la crónica nacional.